A finales del siglo XIX, entre los años 1889 y 1898, el P. Manyanet en Barcelona, soñó con la prolongación de su obra educativa en favor de las familias e impulsó tres obras sociales que confirman su respuesta profética a las circunstancias de su tiempo. Hoy Nazaret, sigue haciendo realidad el sueño y la proyección de la obra de su fundador y nos lo cuenta una de las personas que, junto a la comunidad religiosa, lo hacen posible:
“El Centro de Capacitación Integral Jesús de Nazaret, ubicado en el barrio la Chinita en Punto Fijo. Falcón-Venezuela, desarrolla una labor incansable desde hace más de 20 años, con un carisma cargado de mucha vida y esperanza para un pueblo que requiere de formación y prosperidad. Desde el principio se nos presentan las cualidades y costumbres de una familia que deja huella en los corazones de quienes se acercan a ella, y se dejan transformar, de esta manera Jesús, María y José son el pilar y la base donde todos construimos nuestra propia vida.
El Centro de Capacitación Integral Jesús de Nazaret, es un formador de saberes y una casa de estudio dedicada a la preparación de jóvenes y adultos en el campo laboral para una población de bajos recursos, generando con ello un trabajo digno y beneficioso para quienes aprenden y a su vez para quienes enseñan, ya que es un proceso transformador impregnado de espíritu familiar, emociones y conocimiento.
Actualmente en el centro se desarrollan tres programas de formación para el bienestar de la comunidad, como son Asociación Venezuela de Escuelas Católicas AVEC, con cursos totalmente gratuitos, El Instituto Nacional de Capacitación Educativa y Socialista INCES, con cursos a empresas que están obligados a formar aprendices y, por último, algunos cursos privados certificados por el centro dependiendo de la necesidad laboral y el requerimiento de los tiempos.
Para el sostén y mantenimiento de las instalaciones del centro, se trabaja en comunidad con todos nuestros aprendices y personal. El cuidado de los espacios y la manera de permanecer en ellos, son uno de los valores que se viven y se transmiten a todos los que llegan. Dedicación, compromiso, sentido de pertenencia, gratitud y conciencia, son claves que hacen sostenible la obra.
En los programas de AVEC e INCES se atiende a una población de jóvenes y adultos entre los 15 y 40 años, o más, en cada programa y se ofrecen entre otros cursos, capacitación en: soldadura en construcción, electricidad básica, mecánica de mantenimiento industrial, mecánica de equipos rotativos, mecánica de mantenimiento, mecánica de mantenimiento hotelero, mecánica de motores diésel, mecánica de refrigeración, carpintería, refrigeración, ventas y atención al cliente, administración, asistente administrativo, vendedor, oficinista de compra, operador general de supermercado, preparación y servicio de alimentos en establecimiento de comida rápida, secretariado contable, panadería y repostería, corte y costura, peluquería, y manualidades, formaciones destinadas a preparar para entrar al campo laboral a nuestra comunidad más necesitada. Es un aporte que la comunidad agradece constantemente. Además de esto el CCI Jesús de Nazaret genera cursos privado para personas que deseen especializarse en oficios relacionados con los desarrollados en el centro por los otros dos programas, con técnicas más avanzadas, donde nuestros instructores atienden de forma personalizada a los que deseen el curso.
El CCI Jesús de Nazaret, es una oportunidad de formación profesional, humana y cristiana para la población más vulnerable, haciendo realidad el sueño del P. Manyanet cuando decía a sus hijos e hijas: “… el instituto se propone tener casas, según que las facultades se los permitan, en las que, encuentren todos aquellos que no quieran o no puedan seguir una carrera literaria, oficios proporcionados al género e inclinación de cada uno, con lo cual, y bajo una vigilancia religiosa, paternal y preventiva, puedan formarse verdaderos obreros, instruidos en el buen sentido y, por consiguiente, más útiles a la sociedad y provechosos a sí mismos” . Hoy podemos decir llenos de orgullo y gratitud que esta inspiración de san José Manyanet ha encontrado cauce en nuestro siglo y en muestra realidad, pues lo recibido en el centro permite a los aprendices adentrarse en una formación personal, donde se conoce a cada miembro de la Sagrada Familia de Nazaret, y se aprende el amor que debe existir entre hermanos y por supuesto la fe y la esperanza que, aunque en ocasiones se ve fracturada permita sanar y seguir adelante. No hay una reflexión que no aprovechen entre las paredes del centro, muchos de nuestros jóvenes y adultos quienes se apropian de ellas y las ponen en práctica para hacer de su familia un verdadero hogar.
Pero todo no acaba aquí. Cada sábado el centro de capacitación ofrece una atención humana y espiritual a los niños de la comunidad donde se encuentra inserto. Los niños y jóvenes reciben una formación personal de manos de quienes, desde la sensibilidad y el compromiso con su propia fe, apoyan con su labor social (LAICOS) a aquellos más necesitados, reconociendo en ellos su valor y dignidad. Se atiende aproximadamente entre 80 y 130 niños, los cuales se benefician del alimento para el alma y para el cuerpo, el cual se obtiene de la solidaridad de las familias, comunidades religiosas o empresas que apoyan al centro de capacitación. Esta jornada de cada sábado enaltece y da el toque justo del amor hecho compromiso y disponibilidad. Es una actividad que nos permite desnudarnos de nuestras preocupaciones para atender al otro de una manera simple, sencilla pero muy significativa porque puede transformar la vida de muchos de ellos para bien de toda la sociedad.
Agradecemos mucho la presencia de la comunidad religiosa que vive entre nosotros e inspira toda la vida del centro: M. Nhur Luque, M. Dina Borges, M. Gema Sánchez y M. Marina Aragua, son el hogar de Nazaret en el que el mismo Dios nos recibe cada día, haciéndonos sentir hijos y hermanos en esta zona de la periferia tan necesitada especialmente de fe, justicia y dignidad”.
Merglis López
Coordinadora General del CCI Jesús de Nazaret