Espiritualidad y carisma
San José Manyanet, movido por el Espíritu, se consagró enteramente a seguir y a anunciar a Cristo en el Misterio de Nazaret. Este carisma del que todas participamos impregna nuestra consagración a Dios y nuestra misión apostólica.
Las religiosas de Nazaret queremos ser contemplativas en la acción. Estamos llamadas a vivir según el espíritu de la Sagrada Familia, la más perfecta imagen de la Trinidad Divina, en actitud de fe, piedad filial y sumisión a la voluntad del Padre.
Nuestra vida de familia está basada en el amor, la humildad, la sencillez, el trabajo y la alegría.