Al final de la misa del pasado 22 de noviembre, solemnidad de Cristo Rey, el papa Francisco saludó a los jóvenes provenientes de Panamá y de Portugal para el paso de la Cruz de la JMJ y del icono de la Virgen María, Salus Populi Romani, símbolos de las Jornadas Mundiales de la Juventud. La entrega debía haber tenido lugar el 26 de abril, Domingo de Ramos, pero, teniendo en cuenta las circunstancias, se aplazó al 22 de noviembre.
La Cruz Peregrina y el icono viajaron por las diócesis de Panamá en los meses anteriores a las Jornadas Mundiales de la Juventud que se celebrarán en ese país en 2019, y fueron una oportunidad para la transformación social y la promoción de la paz y la esperanza.
El arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa, que no pudo viajar a Roma, envió un mensaje en el que destacó que, durante la preparación y en la JMJ Panamá 2019, estos símbolos “nos permitieron encontrarnos con los demás y con Jesús”. Durante su recorrido por Centro América, México, Puerto Rico, Cuba, Haití, República Dominicana, Venezuela y Estados Unidos”, fueron una bendición muy especial para miles de jóvenes en estos países. “Su presencia en ambientes de dolor y sufrimiento, como centros penitenciarios y hospitales, con personas de calle, fueron un estímulo para impulsar la misión pastoral de una Iglesia en salida encarnada en su pueblo”, dijo. “Deseamos que la juventud de Portugal, tengan esta profunda experiencia espiritual y humana; porque en su recorrido los símbolos permiten muchas veces un encuentro especial con Jesucristo”, recalcó el arzobispo.
En la celebración en Roma el Papa se dirigió a los jóvenes de todo el mundo, que compartieron este momento con el hashtag #takeupthecross. En su saludo les dijo: “Queridos jóvenes: ¡Griten con sus vidas que Cristo vive y reina! ¡Si ustedes callan, las piedras gritarán! (cf. Lc 19,40)”.
JMJ en las iglesias locales el día de la Solemnidad de Cristo Rey
En la misma celebración se anunció que a partir de ahora, la JMJ diocesana, en vez de celebrarse el Domingo de Ramos, se celebrará en la Solemnidad de Cristo Rey. En el centro permanece el Misterio de Jesucristo Redentor del hombre, como siempre evidenció san Juan Pablo II, iniciador y patrono de la JMJ.