Del día 4 al 8 de abril tuvo lugar el encuentro de jóvenes perpetuas y nos pudimos reunir en La Laguna Tenerife, acogidas por la comunidad de la Residencia Nazaret.
Disfrutamos de la hermosura de la isla que goza de paisajes muy diversos, desde el mar de Güímar, la ciudad turística del Puerto de la Cruz, el volcán Teide, Vilaflor (ciudad natal del Santo Hermano Pedro) y Candelaria, donde pudimos rezar a los pies de la Virgen de Candelaria, patrona de la isla.
Las comunidades de Güímar y de Los Realejos nos acogieron para que conociéramos los colegios “Santo Domingo” y “Nazaret” y pasamos dos tardes agradables en las que no faltaron la alegría y las muestras de cariño de las hermanas.
Empezamos los encuentros de formación contemplando la escena de Betania para dejarnos tocar por Jesús, acompañados de las diferentes personalidades de María, Marta y Lázaro, sus amigos. Dispuestas a vivir a fondo estos días de formación y a dejarnos tocar en lo profundo, tratamos los siguientes temas:
- El acompañamiento espiritual. Con M. Montserrat y M. Mª Ángeles trabajamos los cuatro pilares del acompañamiento espiritual, sus reglas y los pasos de la conversación espiritual.
- Los diferentes tipos de abusos. Pudimos tomar conciencia, con Basilio Álvarez (CMF) de la situación actual de los abusos analizando datos, escuchando testimonios y clarificando los diferentes tipos. Descubrimos falsas creencias y cómo crear espacios, actividades y relaciones seguras.
- La Reconciliación. Con Elias López (SJ) tratamos el tema de la reconciliación, la sinodalidad, las fases de las relaciones comunitarias y qué hacer ante la polarización de las ideas, haciendo hincapié en la importancia del discernimiento comunitario para construir comunidades maduras y comprometidas en ser embajadoras de la reconciliación.
Acabamos el encuentro con el compromiso de cuidar y acompañar con más hondura las personas que nos han sido encomendadas en nuestra misiones así como dar pasos para conectarnos con nuestra fuente de vida, crecer en el amor de Dios y comprender y cuidar mejor de nuestras comunidades.
Nos despedimos agradeciendo la convocatoria de M. Montserrat, el don de la vocación en Nazaret y el camino recorrido juntas en estos años.
Hna. Annarita Russo